ENTORNO

Castillos, puentes, museos, iglesias, bodegas, viñedos...

Descubre la zona oriental de Aragón que ha experimentado una gran expansión en las últimas décadas.

Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la villa de Alquézar te invita a retroceder en el tiempo a través de un relajante recorrido por sus estrechas calles empedradas y rincones más emblemáticos. Su caserío se extiende a los pies de su castillo de origen islámico, convertido en colegiata tras la reconquista cristiana.

Se trata de una tierra de transición entre el valle del Ebro y los Pirineos que goza de un microclima benigno para los viñedos, por lo que la maduración de las uvas se adelanta a las demás zonas aragonesas. Las variedades de uva más producidas son Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y Chardonnay.

El río Noguera Ribagorzana hace frontera natural entre el Pirineo aragonés y el catalán. Se enfrenta a la barrera del Montsec en el congosto de Mont Rebei, una enorme grieta que llega a alcanzar más de 300 metros de caída vertical. Puedes transitarlo a través de un vertiginoso voladizo desde el que se admiran unas vistas impresionantes.

La villa se encuentra situada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, bajo la atenta mirada de Peña Montañesa. En su casco antiguo el tiempo parece haberse detenido en el medievo, no en vano está catalogado como Conjunto Histórico-Artístico.

Construido en el siglo XI, el castillo de Loarre fue, primero palacio real, más tarde monasterio y, actualmente, escenario de películas. La imponente muralla que lo rodea y sus once torreones te darán la bienvenida.

Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido incluye un conjunto de cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta), que se extienden como brazos alrededor del Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa.